Ready player one

de Ernest Cline

Por qué lo he leído

Ready player one

La primera vez que leí una recomendación sobre el libro fue en Microsiervos. Comentaban que era un libro de ciencia ficción relacionado con los videojuegos con muchísimas referencias a videojuegos de los años 80.

Al principio no estaba seguro si me gustaría o no. Puede que conozca unos cuantos juegos de los 80, pero por aquellos años yo era aún un niño, así que no estaba seguro de que fuera a entender todas esas referencias.

Pero más adelante, los de Microsiervos lo volvieron a recomendar, y un poco después escuché otra recomendación por parte de Kevin Kelly en el podcast de Tim Ferris. Uno no se puede resistir a tantas recomendaciones.

De qué trata el libro

La historia que cuenta el libro está ubicada en un tiempo futuro. Un tiempo donde todo gira alrededor de internet. La vida digital tiene más peso que la vida analógica. Pero no todo el mundo se puede permitir las mejores conexiones a internet.

El protagonista es un estudiante que no tiene una vida fácil. Pero le apasionan los videojuegos.

Un creador de videojuegos ha creado el mejor videojuego de todos los tiempos. Es un juego de realidad virtual donde cada jugador está representado por un avatar y la acción se desarrolla en un mundo virtual. Ese mundo tiene multitud de escenarios, planetas, ciudades y edificios, los avatares se reúnen, chatean o hacen videoconferencias. Vamos, todo lo que se puede hacer online, se hace a través del videojuego. El hecho es que el creador del juego muere, pero antes de morir organiza un concurso dentro del videojuego, y aquel que gane el concurso obtendrá un premio que le cambiará la vida.

El concurso trata de encontrar tesoros, de buscar pistas, de superar pruebas,… Todos ellos referenciando a juegos de la juventud del creador de juegos, que resulta que son juegos reales de los años 80 y 90. Un jugador importante de este concurso, es nuestro protagonista, que por más suerte que otra cosa, es quien supera la primera prueba, lo que desencadena una carrera frenética por conseguir el premio.

Conclusiones y valoración

El libro es una pasada. La historia es sencilla, a veces predecible, pero tiene unos cuantos giros inesperados que te hacen disfrutar. La trama no es complicada para nada de seguir. Aún así, hace infinitos guiños a la historia de los videojuegos. Personalmente, no he entendido todos de ellos, pero si has jugado a algún videojuego en tu vida, seguro que sentirás muchas conexiones.

También resulta muy interesante para alguien muy relacionado con la tecnología, como yo, pues el autor describe hardware y software que podrían ser realidad hoy en día, pero quizá no están muy extendidos entre la gente o es una tecnología un poco verde todavía, pero puede que sean realidad dentro de pocos años.

Si eres un apasionado de los videojuegos (aunque no hayas conocido los inicios de ellos) o si eres un apasionado de la tecnología, estoy seguro de que este libro te encantará y disfrutarás leyéndolo. Y si no te apetece leer, puedes esperar a la película (prevista para marzo de 2018, según IMDB).

Notas tomadas

Simplemente, tomé esta nota:

(Hablando sobre comecocos) Permitía vencer a un rival controlado por ordenador. En un juego como ese, un jugador humano con talento siempre podía ganar a la máquina, porque el software no era capaz de improvisar. O bien reaccionaba aleatoriamente, o en un número limitado de formas predeterminadas, basadas en una cifra finita de condiciones programadas con antelación. Ese era un axioma de los videojuegos, y seguiría siéndolo hasta que los seres humanos inventen la verdadera inteligencia artificial.

¿Estaremos ya cerca de ese final? Espero que no. Los videojuegos perderán su gracia.

Referencias